lunes, 18 de febrero de 2008

La Revolución Industrial y el movimiento obrero


TEMA 7: LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL Y EL MOVIMIENTO OBRERO.


En la mitad del s. XVIII se produjo en Gran Bretaña una transformación radical de los sistemas de producción: La revolución Industrial. A partir de este país, la nueva sociedad industrial fue extendiéndose por el resto de Europa. Las máquinas fueron substituyendo al trabajo artesanal, y los antiguos artesanos pasaron a convertirse en obreros que vendían su fuerza de trabajo en grandes fábricas a cambio de un salario. Apareció una nueva fuente de energía: el vapor que se aplicó a las nuevas máquinas y a los nuevos transportes: el ferrocarril. La industrialización trajo consigo la aparición de la sociedad capitalista, y junto con las revoluciones burguesas del s. XIX: la aparición de una nueva clase social dirigente de los estados: la burguesía. La historia de la humanidad nunca había protagonizado cambios tan trascendentales desde los tiempos de la revolución neolítica. Una nueva era se abría camino en la historia del hombre: la era industrial.

¿Qué importancia tuvo la revolución agrícola y la demográfica para la Revolución Industrial?
En primer lugar, a mitad del s. XVIII asistimos en Gran Bretaña a un incremento de la productividad de la tierra. ¿cómo se consiguió? Principalmente por dos razones: se aplicaron nuevas técnicas y métodos de cultivo y se privatizó la tierra, es decir, los campos de cultivo pasaron a ser propiedad privada por lo que sus dueños concentraron todos sus esfuerzos en intentar extraer de la tierra la máxima rentabilidad posible, y obtener más beneficios. La agricultura aumentó su productividad por lo que había más alimento para repartir entre la población. Cuando una población está bien alimentada resiste mejor las epidemias, y aumenta su esperanza de vida, se produce menos mortalidad y aumenta la natalidad. A esto hay que añadir las mejoras que acontecieron en medicina e higiene. El crecimiento agrícola explica por lo tanto el crecimiento demográfico.

Las primeras máquinas.
No podríamos hablar de Revolución Industrial sin citar las innovaciones tecnológicas.
La introducción de las máquinas fue, progresivamente, substituyendo al trabajo manual y transformando los antiguos sistemas de trabajo artesanal. Cada progreso tecnológico fue suponiendo un aumento en la productividad, es decir, ahora se conseguía mucha más producción y en mucho menos tiempo. Esto animó a los primeros industriales que, con los beneficios que iban obteniendo de la aplicación de todas estas innovaciones tecnológicas, fueron reinvirtiendo el dinero en la puesta en práctica de más tecnología. Como las máquinas conseguían fabricar numerosas cantidades de un producto, estos salían a la venta con un precio menor a los antiguos productos artesanales.
La primera industria en mecanizarse fue la del algodón, que empleaba la fuerza hidráulica. Pero la fuente de energía que revolucionaría los sistemas de producción sería el vapor. La máquina de vapor fue inventada por James Watt (1769), y usaba el carbón como material combustible. A partir de aquí, aparecieron las primeras fábricas, y con ellas el sistema fabril de producción. Este sistema consiste en reunir en grandes edificios industriales, las máquinas y los obreros, que ahora pasan a realizar tan sólo una parte de la cadena de producción ( división del trabajo).
La revolución de los transportes.

Una de las consecuencias directas de la Revolución Industrial va a ser la Revolución de los Transportes. La necesidad de ampliar los mercados de venta de la creciente producción agraria e industrial va a llevar a la construcción o reparación de caminos y carreteras así como vías fluviales. Cuando la máquina de vapor se aplique al transporte marítimo y al terrestre, asistiremos a una Revolución de los Transportes.
La aplicación de la máquina de vapor al ferrocarril supuso la posibilidad de transportar enormes cantidades de producción en un tiempo antes inimaginable. Posteriormente, la máquina de vapor también se aplicó al transporte marítimo apareciendo por primera vez, el barco de vapor que substituyó al de vela.
La mejora de los sistemas de transporte permitió acercar en menos tiempo la producción agrícola e industrial a los consumidores. También, toda esta creciente producción modificó los mercados tradicionales, que dejaron de ser locales o comarcales para tener un abastecimiento mucho mayor.
Apareció con todo ello, le economía de mercado, en la que se producía no para el consumo propio (economía de autoabastecimiento o de subsistencia) sino, para la venta posterior.

La aparición del capitalismo y de la sociedad burguesa.

La revolución industrial trajo consigo la aparición de la nueva sociedad de clases en la que un grupo surgía como protagonista: la burguesía.
La nueva sociedad capitalista-burguesa defendía el liberalismo económico, es decir, defendía un sistema económico basado en la propiedad privada. Para los que creían en los principios del liberalismo económico (formulado por Adam Smith), el Estado no debía intervenir en el funcionamiento de la economía, ya que esta se regula sola por las leyes de la oferta y de la demanda.
La industrialización consolidó la existencia de una sociedad de clases articulada en dos grandes grupos: la burguesía y el proletariado. La burguesía, al ser la dueña de las fábricas, de los negocios etc. se convirtió en la gran protagonista, sometida a ella, y vendiendo su fuerza de trabajo apareció una nueva clase social: el proletariado. La burguesía no constituyó un grupo homogéneo: la gran burguesía la conformaban: banqueros, rentistas e industriales. La burguesía media: profesionales liberales, medianos y pequeños empresarios, funcionarios. Por último, la pequeña burguesía, compuesta por pequeños propietarios, artesanos etc.
La burguesía acabó conformando toda una sociedad distinta a la antigua sociedad estamental. Ahora, su estilo de vida, sus valores se convirtieron en el modelo social a imitar.

El proletariado.

Fruto de toda esta nueva era industrial será la aparición de una nueva clase social: la obrera, que venderá su fuerza de trabajo en las grandes fábricas a cambio de un salario. Las condiciones de vida y de trabajo en las primeras décadas de la industrialización eran muy precarias: jornadas laborales de 12 y 14 horas, salarios muy bajos, inexistencia de seguros laborales, falta de legislación laboral, explotación infantil etc. La gran mayoría de estos obreros ( que había emigrado del campo en busca de un trabajo en la industria incipiente de la ciudad), malvivía en barrios degradados sin ninguna condición de salubridad ni higiene.

La primera conciencia obrera.

La primera reacción a la que asistimos, por parte de los grupos proletarios como rechazo a su precaria situación va a ser el Ludismo; los obreros considerarán que son las máquinas sus enemigos a destruir pues son ellas las que les roban el trabajo, así durante los movimientos luditas se llevarán a cabo la quema y destrucción de dichas máquinas. Las primeras organizaciones de trabajadores aparecerán con el despertar de la conciencia de clase, y junto a ellas aparecerán también las primeras Sociedades de Socorros Mutuos que intentarán dar una respuesta social a sus miembros en caso de enfermedad o paro. Junto a la aparición de estas primeras organizaciones asistimos también al nacimiento de los primeros sindicatos, que en España será la Asociación de tejedores de Barcelona ( 1840). El objetivo de los sindicatos fue la de mejorar las condiciones de vida y trabajo de los obreros, así lucharon por la defensa del derecho de asociación, la reducción de la jornada laboral, las mejoras salariales y la regulación del trabajo infantil.

El Marxismo, el Anarquismo y el Internacionalismo.

Ante las precarias condiciones de vida de los obreros, algunos intelectuales empezaron a concienciarse de que esta sociedad capitalista e industrial debía cambiar. De esta manera, algunos pensadores propusieron nuevos modelos de organización basados en la propiedad colectiva, con lo que evitar la concentración de la riqueza en manos de unos pocos y acabar con ello con las desigualdades sociales. Karl Marx y Engels denunciaron la explotación de la clase obrera por parte de la burguesía y defendieron la necesidad de la revolución obrera para destruir el capitalismo. A partir de estas ideas, irán proliferando por la Europa de finales del s. XIX, partidos obreros socialistas, en cuyos programas se contemplarán ideas democráticas.
Marx y Engels publicaron en1848 el Manifiesto Comunista, que resumía su ideología en defensa del proletariado y que concluía con la famosa frase: “¡Proletarios de todos los países, uníos!”. La obra cumbre de Marx será El Capital, Biblia del Marxismo.

Ideas centrales del Marxismo:

- Interpretación materialista de la Historia. Según Marx, el motor de la Historia no es la religión ( a la que él califica como “el opio del pueblo”), sino la economía. Para Marx, la economía ha pasado a lo largo de la Historia por diferentes estadios: esclavista, feudal y capitalista. Su aspiración será la de alcanzar el nuevo estadio: el comunismo.
- Lucha de clases. A través de la Historia, siempre han existido clases, pero ahora bien, unas han sido siempre explotadoras y otras explotadas. La clase dominante siempre intenta controlar la economía y el poder político. Hay que romper con esta dinámica: las clases sociales que siempre han sido explotadas han de protagonizar la rebelión. El propósito de dicha revolución contemplaba la conquista del poder político por parte del proletariado, estableciendo con ello lo que denominaron la Dictadura del Proletariado. A partir de este momento, se crearía un estado obrero que sociabilizaría la propiedad que pasaría a manos del Estado. El fin de la propiedad privada llevaría a la progresiva desaparición de las clases sociales y del Estado, para finalmente poder alcanzar, por tanto, una sociedad sin desigualdades.
- El trabajo es una mercancía más. Para poder vivir, el obrero debe vender su fuerza de trabajo, este trabajo se asimila con una mercancía y como tal depende de la ley de la oferta y la demanda. Así el empresario siempre paga el mínimo imprescindible para la subsistencia si dispone de mano de obra abundante.
- Desaparición final del capitalismo. El progreso técnico de las máquinas provoca paro, lo que genera un “ejército de reserva”, es decir, mano de obra desocupada que puede ser explotada. Esta reserva irá aumentando y se convertirá en una amenaza. Según esta previsión, la sociedad capitalista terminará estallando siendo substituida por la sociedad comunista en la que los medios de producción pertenecen a la colectividad, y habrán desaparecido las clases porque ya no habrán ni propietarios ni desposeídos, será una sociedad igualitaria.

El Anarquismo.

Los anarquistas exaltaban la libertad individual, criticaban la propiedad privada y defendían la colectiva, y rechazaban todo tipo de autoridad, principalmente, el Estado, al que querían destruir. Se oponían por lo tanto, a toda participación en la vida política y a la participación de los trabajadores en partidos políticos. El Estado capitalista era el gran enemigo a abatir por lo tanto, no tenía sentido la participación en este sistema de los partidos obreros (esta es la gran diferencia con respecto al marxismo). Máximos pensadores anarquistas: Bakunin y Proudhon. Este movimiento tuvo más éxito en los países con un fuerte arraigo agrario o escasamente industrializados, como España y Rusia.

El Internacionalismo.

Todos estos pensadores coincidían en la necesidad de unir los esfuerzos de la clase obrera de todo el mundo para luchar contra el capitalismo. Así, a iniciativa de Marx se creó la Asociación Internacional de Trabajadores, la AIT, la I Internacional compuesta por marxistas, anarquistas y sindicalistas. Ante las discrepancias entre los distintos grupos políticos que la componían, acabó disolviéndose. Más tarde, en 1891 aparecerá la II Internacional, compuesta por socialistas (crearon el himno de la internacional e impusieron la fiesta del 1 de mayo como día mundial de los trabajadores).

La II Revolución Industrial.
Se da a finales del s. XIX, características:

- Aparición de la electricidad
- Empleo del petróleo como fuente de energía. Aparición del motor a explosión: primeros automóviles, y más tarde primeros aviones.
- Nuevas industrias como: la de la metalurgia, la industria química, del automóvil.
- Nueva organización industrial: se potencia la fabricación en serie: el Taylorismo, que se basa en una cadena de producción. La producción en serie nace en los EEUU, el modelo más representativo es el de la industria Ford: Fordismo. Resultado: producción estandarizada y masiva con un precio final más reducido.

PROFESORA: MARÍA DOLORES SAZ.